¿Por qué entonces elijo la pequeñez?

Cada vez que no hago caso a mi intuición elijo la pequeñez.

Cada vez que no confío en los procesos que se han de producir de manera natural, elijo la pequeñez.

Cada vez que dudo de mis capacidades, elijo la pequeñez.

Cada vez que quiero parecerme a otro y renunciar a quien soy, elijo la pequeñez.

Si la Naturaleza crea en abundancia, si llena los campos fértiles de vegetación en insondable número de plantas, por qué elijo la escasez.

¿Y si somos sin elegir? Eso es ya una elección, pero también una apertura a que lo que la vida quiere de ti se desarrolle de una manera natural.

¿Y si hoy no tomo decisiones? Eso es ya una decisión, pero verás que las cosas funcionan igualmente, en el momento que lo tienen que hacer y sin tener que planificar.

Hagamos que las cosas funcionen. Hagamos que la vida se exprese como ella quiere expresarse. No le pongamos barreras.

Hacer que la vida se exprese a través de ti es parte de tu grandeza.

Y ver la grandeza en los demás es ver la tuya propia.