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DESPIERTA TU VOZ

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Mi nuevo credo

Creo que las experiencias de la vida son procesos de aprendizaje cuya intención es emprender un viaje que te lleve al conocimiento de tu esencia, de tu ser, de tu verdadera identidad, de tu propósito en la vida. En este viaje he ido descubriendo aspectos de la vida en general y del canto en particular que rompen totalmente con la tradición de la enseñanza del canto.

Aquí dejo unas ideas para reflexionar:

  • Creo en el canto como acto de amor hacia la naturaleza, hacia uno mismo y hacia los demás, pues con el mismo acto de amor con el que la naturaleza nos ha regalado un don, nosotros lo hacemos nuestro y lo extendemos a los demás. El amor compartido es el amor recibido. Dar y recibir se producen en el mismo acto.

  • Creo en la individualidad como signo distintivo de belleza, de belleza singular en un entorno de belleza plural. Al aceptarnos podemos ser auténticos en una situación de relación con nuestro entorno, somos uno con todo lo que nos rodea.
No creo en la docencia del canto tradicional como única ciencia que explique el arte del canto.
  • Creo en el cuerpo como un reflejo de nuestra mente, como sea nuestra mente así será nuestro cuerpo y el uso que hagamos de él. Cuando cuerpo y corazón, mente y alma se unen es cuando puede aflorar en nosotros la expresión de la belleza que ha sido otorgada, que se ha depositado en nosotros. Problemas en la emisión del canto tienen un origen mental y no físico. Analiza qué miedos tienes en tu vida que te impiden expresar lo que hay en tu alma.

 

  • No creo en la técnica vocal actual como la única ciencia que explique el arte del canto, porque el arte del canto es inexplicable. Proviene de la misma Naturaleza, del don o habilidad que recibes para ser ofrecido a los demás, un don que reside en tu propia alma, en tu propia esencia y que has de trabajar pero no de manera obsesiva. Eres un canal de belleza de la propia naturaleza. Alterar el canal es alterar a la naturaleza misma.

 

  • No creo en la docencia del canto actual basado en la conceptualización física y material de lo que debe producirse de manera natural, en separar la parte por el todo, en la creación de imágenes falsas en un afán, propio del ego humano, de dar explicación a lo inexplicable, de controlar, de dominar lo incontrolable. Creo que no es posible estandarizar el «cómo hacer», el explicar lo desconocido. Cada persona tiene un hacer diferente propio de su única naturaleza y su hacer se basa en la función básica del canto que es comunicar, transmitir lo que un texto quiere expresar. Lo contrario no puede dar otro resultado que la falsedad y, a la larga, frustración en el estudiante.
El cuerpo sabe respirar por sí mismo, al igual que el corazón sabe latir por sí mismo. Mientras lees esto piensa en tu respiración y automáticamente se alterará.
  • No creo en el aprendizaje del aparato fonador como medio para mejorar el canto de manera permanente, al igual que el pájaro cantor que no sabe ni necesita saber cómo funciona su canto porque es la propia Naturaleza la que se expresa a través de él. Muchas veces la obsesión por el uso y el conocimiento de los medios que intervienen en los procesos de nuestras actividades vitales ha derivado en que el uso y el excesivo control y necesidad de dominación de estos medios sean un fin en sí mismo, olvidándonos de dónde nacen esas actividades vitales. En el caso del canto, de nuestra esencia.

  • No creo en los ejercicios de respiración. Es alterar algo natural con ejercicios antinaturales. El cuerpo sabe respirar por sí mismo, al igual que el corazón sabe latir por sí mismo. Mientras lees esto piensa en tu respiración y automáticamente se alterará. No se necesita pensar en ella, simplemente funciona según lo que tu cuerpo necesite en ese momento.
  • No creo en los ejercicios de vocalización utilizados de manera puramente mecánica y separada de todo trabajo emocional, energético y psicológico. En pleno siglo XXI y tras los avances en Neurología, Psicología Gestalt, Física Cuántica donde se pone énfasis en la relación del pensamiento y las emociones con las acciones físicas, creo que no es de recibo que se sigan utilizando técnicas puramente mecánicas y de dominio. Desconectar la parte física de la producción de la voz con la parte emocional no puede producir buenos resultados. Pienso que es falso pensar que puedes controlar mecánicamente un don que reside en tu corazón, el centro de tu esencia, en el centro de tu alma.

  • Al hilo del punto anterior, creo que ninguna técnica vocal puede funcionar si no integra la voz con las emociones, el corazón y la mente. Esta des-integración crea una desconexión interna que es caldo de cultivo para el nacimiento del miedo, la desconfianza en uno mismo y la necesidad de crear elementos para sentirse seguros, de usar mecanismos de dominio, de control donde poder acudir en caso de «emergencia». Pero se ha demostrado que estos mecanismos de control no funcionan porque no funciona ninguna técnica que no integre la voz con tus emociones, tu corazón, tu mente y el Amor que las une todas.

  • No creo en el esfuerzo continuo para desear un anhelo. Eso te convierte en un eterno luchador y siempre estarás deseando una cosa nueva cada vez. Sana tu mente y averigua tu verdadero propósito en la vida. Te darás cuenta de que no es lo que tú pensabas que era y de que no tienes que luchar para nada. A lo que eres llamado a ser no puedes hacer otra cosa que serlo, disfrutarlo.

No pretendo estar en posesión de la verdad, pero estas reflexiones sí que parten desde una postura muy cercana a una conciencia cercana al amor, a compartir, a dar. Dejo estas opiniones sobre la mesa y si al menos producen en ti cierta sensación de identificación, eso significará que en algún punto habremos conectado.

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