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¿Qué estudio primero en una canción...la música, la letra?

 

En las conversaciones que tengo con cantantes, en los ensayos de los mismos coros y en charlas con aquellos que llevan muchos años dentro del canto, me doy cuenta de que, a pesar de que han pasado muchos años de mi época de Conservatorio, nada ha cambiado en el método de estudio de una obra. No pretendo juzgar este método, simplemente me gustaría arrojar más luz y ayudar en lo posible en la mejora de interpretación de las obras.

 

1. El método tradicional

Abordándolo de una manera reducida y esquemática, cuando empezamos el estudio de una canción, puede pasar varias cosas:

  • que ya sea conocida. Aquí la parte musical prácticamente ya está aprendida. De hecho abordamos el estudio porque nos ha gustado la música. Cogemos la partitura, repasamos las notas musicales para no coger vicios de notas falsas aprendidas de memoria y luego se aprende «el texto».
  • que no sea conocida. Aquí el método tradicional marca que primero habrá que hacer el estudio musical, como con cualquier otro instrumento no vocal. Si tenemos un teclado a mano, repasaremos melodía y ritmo según indica la partitura. Si hubiera alguna grabación de esa música lo más seguro es que se busque para saber cómo suena y tomar alguna referencia. Después se repasa la melodía, las notas musicales y finalmente «el texto». Si es en lengua extranjera pueden pasar dos cosas, que se busque el significado de las palabras para saber de qué trata la canción o que directamente se estudien los fonemas de esas palabras sin saber exactamente su significado porque lo que realmente interesa es la música.

 

Nótese que he entrecomillado la palabra «el texto». El texto pareciera que es esa parte final del estudio donde las notas musicales, el solfeo, cambian de nombre y en lugar de denominarse do-re-mi-fa o sol, pasaran a llamarse mi-a-mor-e-res-tú, sin más. Un conglomerado de sílabas que, eso sí, juntas suenan muy bonitas.

Si es en tu mismo idioma podemos ser más o menos conscientes de las palabras que decimos. Pero si es en un idioma extranjero…normalmente lo que vamos a hacer a la hora de interpretar es repetir fonemas asociados a notas musicales. En el mejor de los casos podemos saber el significado de las palabras para tener una idea general de la canción, pero se dista mucho de hacer tuya cada una de ellas como si fueran de tu mismo idioma, en definitiva, y a lo que vamos, de tu misma identidad, de tu mismo ser.

 

2. ¿Primero letra y luego música? La conexión con uno mismo.

Parto de la idea de que el compositor ha puesto música a un texto. Por lo tanto lo primero que le ha impresionado al compositor ha sido el texto. Luego, como compositor que es y ejerciendo su papel vital, le ha puesto música como medio de creación y expresión artística personal.

Si lo primero que hace el compositor es elegir la letra, entonces ¿por qué el cantante elige primero  estudiar la música? La respuesta está en que este método es algo que se realiza de manera inconsciente, porque es el proceso considerado habitual y, añadiría, el más cómodo y más corto para el estudio. Además de que en muchos casos habremos llegado a esa canción precisamente porque nos ha gustado la música. Pero si uno se para a reflexionar un poco, esta visión que propongo de estudiar primero el texto, el poema, tiene su sentido.

Quizá habría que pararse a investigar, si se tiene tiempo, el porqué el compositor ha elegido ese texto, qué aspectos de su vida podrían verse reflejados en él y, una vez analizado, qué aspectos de mi vida se ven también reflejados en él.  Y aquí es donde reside la novedad y un aspecto muy relevante del estudio de la obra, qué parte de mi vida está relatando ese texto, bien de una manera explícita o bien sutil, acercándose a situaciones vitales similares a las mías las cuales puedo relatar de una manera personal, como si fuera mi propia experiencia vital.

 

Con este paso la canción pasa a ser tuya. Ya no estás cantando la canción de Fulanito o Menganito que tanto te gusta musicalmente. Estás relatando una experiencia propia.

 

Una vez te has dado cuenta del porqué esa canción ha entrado en tu vida, puedes empezar a analizar la música. Te darás cuenta de porqué se realizan determinados giros armónicos, melódicos, movimientos ascendentes, descendentes, explorar las intenciones del compositor y captar los matices y detalles de la interpretación musical. Todo tiene su porqué y su para qué. No se trata simplemente de cantar una melodía bonita. 

Con este paso la canción pasa a ser tuya. Ya no estás cantando la canción de Fulanito o Menganito que tanto te gusta musicalmente. Estás relatando una experiencia propia. Y si te fijas en el movimiento corporal no verbal de los cantantes que han llegado a enganchar al público de una manera excepcional, pareciera que estaban relatando su propia vida en el escenario. Eso es lo que realmente llena al espectador.

No realizar este paso daría la sensación, para el propio cantante, que está relatando algo externo a él, por lo tanto alejado de él. Tanto vocal como corporalmente no se puede integrar de una manera plena en la intención de la música, en la intención del compositor, y, añadiría, en la intención de la propia vida. 

Como he comentado en otros artículos, hacer el texto tuyo enriquece la interpretación vocal y además conseguimos reducir las dificultades técnicas. Te permite infundir las emociones y los matices adecuados en tu actuación, porque te has conectado a ti mismo con el texto, con la canción. Esta conexión es imprescindible para  transmitir la intención del compositor y conectar de manera más profunda con la audiencia.

 

3. Conclusión.

No es cuestión de juzgar si el método actual por el cual la mayoría de estudiantes aprenden una canción o aria es correcto o incorrecto. Pretendo añadir un poco de luz, abrir el abanico de posibilidades para una mejor ejecución de las obras. Una ejecución donde no solamente el intérprete va a disfrutar más sino que al público le va a llegar más. Porque creo que no solamente se trata de tener una voz bonita, sino una voz que llegue. Ejemplos han habido en el mundo del estrellato donde una voz se la ha apreciado más por la profundidad en su sentir que por la estética tímbrica. Si ambos conceptos se unen sería el ideal del cantante. Pero, como la propia palabra muestra, ideal puede conducir a idealismo y al deseo de algo que no tiene por qué ser para ti. La búsqueda de la autenticidad es lo que te va a hacer triunfar, porque la manera de hacer, de decir de cantar, es distinta en cada uno de nosotros, y en la diversidad reside la grandeza de esta humanidad.

Y a ti qué te parece, ¿estás de acuerdo?¿aportarías algo más? Deja tu comentario que estaré encantado de leerlo. 

¡Muchas gracias!

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