Este diálogo lo escribí en mi periodo que llamo de «estar retirado». Es decir, estar apartado de la vida de tu entorno, en una situación de calma y plenitud dejándote guiar por la propia Vida que te va llenando de experiencias, de sabiduría interior. Es un periodo previo a la vuelta a la vida cotidiana donde llevar a cabo tu labor para los demás con toda esa sabiduría que te ha sido dada.

Este artículo va para aquellos que viven en ese momento de incertidumbre y las personas de su entorno le cuestionan todo lo que está haciendo y viviendo.

– ¿A qué te dedicas?

– Vivo

– Ya, ya…pero ¿en qué trabajas?

– Era el CEO de «Volviendo a mi ser» y ahora he cambiado de empresa y estoy en «Viviendo en mi Ser».

– O sea…que te mantienen.

– Para cada uno de nosotros hay un plan establecido. Él pone las personas y las circunstancias en el momento y lugar adecuados y te da la ayuda que necesitas a través de ellos, tanto si consideras que es correcto o no. Juzgar que la ayuda la has de recibir según tus propios «trámites» es juzgar a Dios mismo y poner en duda su propio plan para ti.

– Buff, yo no podría, me sabe mal que me ayuden.

– Cuando dices «me sabe mal» estás proyectando tu propia carencia en el otro y lo estás llamando carente también. Piensas que él pierde algo y por eso «te sabe mal». Ninguno de los dos carecéis de nada y ninguno de los dos perdéis nada de lo que ya tenéis. ¿Quién no te dice que te está ayudando para que viva una experiencia de generosidad?¿Quién no te dice que estás recibiendo para experimentar la gratitud?

¿Quién no te dice que estamos viviendo esta experiencia para compartir esta reflexión?