Ayer mi mujer me dijo uno de los piropos más bellos que le pueden decir a alguien:


Estaba yo sentado enfrente del ordenador, leyendo y escuchando una música tranquila, cuando sigilosamente se acercó a mí por detrás y de manera delicada me susurró al oído:

Gracias por estar… (beso)
Gracias por ser… (beso)

El agradecimiento de corazón en el momento más inesperado es una de las manifestaciones del amor más hermosas que existen.

Os deseo que podáis sentir lo mismo que yo sentí en el día de ayer.