Estoy aquí para darte esperanza, para salir de esa rueda sin fin de desesperación.

A ti que has sido acusado de tóxico, de prepotente, de mal gestor, que se te ha puesto en la picota para ser apedreado y dar satisfacción al acusador. Nadie ve que estás librando tu propia batalla interna para salir de la desesperación, de la ira y vivir una vida mejor.

A ti acusador, que igualmente que el acusado, libras tu propia batalla interna por vivir una vida mejor y no encontrando el camino decides, desde la ingenuidad, apedrear al otro.

A ti que estás para ayudar al acusado y, cuando no sabes cómo, lo lanzas a los leones para que sea devorado a través de tus teorías, síntomas, síndromes o enfermedades que tapan tu propia desesperación.

A todos os comprendo, pues cada uno de vosotros tenéis vuestra propia batalla interna que librar.

No me siento por encima de nadie y no estoy en contra de ninguno de vosotros.

Más bien al contrario, os estoy agradecido porque yo también tengo mi propia batalla que librar y a través de vosotros es como la puedo ver.

Estoy por la comprensión, por el amor al prójimo que se materializa en este tipo de comprensión.

Vosotros y yo no somos entes separados. Somos Nosotros. Somos la Humanidad.

Gracias.