¿Poder…yo? Sí, es lo primero que oirás de tu mini-yo.


Porque el mini-yo es aquello que se ha formado en ti a lo largo de los años por impresiones externas a ti. Impresiones basadas en el:

– no puedo,
– no soy suficiente,
– trabaja por un sueldo a final de mes,
– no emprendas que es un riesgo,
– ser líder es de prepotentes…

Sin darte cuenta al aceptar las dos últimas has dado el #poder de tu vida a otras personas. Has asumido que otros te tienen que dar trabajo y otros te tienen que liderar. Has cedido tu poder.

Recupera el poder que hay dentro de ti. Observa tus pensamientos. No los juzgues. Acéptalos como parte de ti, pero decide: «a partir de ahora no voy a hacer caso a pensamientos de miedo, carencia o pequeñez».

Observa al mini-yo. No luches contra él. Acéptalo, pero no dejes que te lidere. El observador es el que tiene realmente el poder.